La colaboradora de la Fundacion Corriente Calida Humanistica, Gisela Franchino, relata como ha cambiado su visión de vida
“Gracias a Cristina Sanchez, mi experiencia en el Hogar San Martín fue maravillosa. Desde el momento que sabía que iba a colaborar en el hogar, sabía que para mí, iba a ser un gran atravesar.
A pesar de que sentía muchos miedos, sentía que no iba a saber qué hacer, como actuar o de que hablar con gente mayor. Sentía que no sabía cómo entregar amor a esos abuelos que no conocía. Pero después del tiempo que compartí y que viví dentro del hogar, aprendí muchísimas cosas que jamás se hubieran cruzado por mi cabeza.
Aprendí a mirar a los ojos, a escuchar, a dar amor sin recibir nada a cambio, a que a veces el silencio y una mirada dicen más que mil palabras, aprendí miles de cosas que quedarán guardadas en mi corazón para siempre. Entendí fundamentalmente que cuando entregás tu corazón recibís amor en estado puro y sincero. Entendí que cuando creí que tenía que ser yo aquella persona quien llevara amor al hogar, terminé yéndome con el corazón desbordado por todo lo que me entregaron los abuelos.
Quiero agradecer a Cristina Sánchez por haberme dado esta posibilidad y por haber permitido que pueda ver y sentir las cosas de una manera diferente. . A veces es difícil poner estos sentimientos en palabras porque realmente es indescriptible lo que se vive con los abuelos.”